miércoles, 3 de febrero de 2010

Sweezy

RESUMENES SWEEZY

Capítulo III. “El problema del valor cuantitativo.”


Por Teresa Villar Cubel


1. El primer paso

La tarea que Sweezy se propone en este capítulo es la de esclarecer las diferencias de nivel cuantitativo que se dan entre diferentes modelos de producción. “En toda sociedad es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad; lo que cambia en el curso de la historia es el modo de organizar y llevar a cabo estas actividades de producción y distribución”. Sin embargo aunque comienza su exposición con cierta obviedad en realidad simplemente analizará la contraposición y respuesta marxista al modo de producción capitalista.

Los postulados analizados por Sweezy en esta obra han de ser entendidos desde la postura marxista del Estado y el orden social que proponía Karl Marx, quien pretendía una mayor homogeneización salarial dentro del proletariado. Marx, siguiendo las tesis
ricardianas, supone que en la determinación del valor otorgado al factor trabajo no debe tomarse en cuenta más cantidad del mismo que el socialmente necesario. En este contexto “necesario” es entendido en términos de las condiciones sociales existentes. El trabajo medio o simple debe tener, así, una mayor capacidad de producir valor que el trabajo más calificado o retribuido. Sin embargo esta tesis no está exenta de problemas y constata que la influencia ejercida por la habilidad y el entrenamiento sólo se hace sentir lentamente y de modo imperfecto, y con frecuencia en formas no evidentes

La explicación es quizá el punto más criticable, y Sweezy recalca este aspecto, pues al argumentar que las diferencias en habilidad de los obreros son muestra inequívoca de la línea de producción en la que son ocupados padece de cierta palabrería y poco rigor científico –algo poco común en Marx y, por tanto, sorprendente-. Ante ello Marx señala que se puede llegar más fácilmente a la suposición de que las diferencias en habilidad son naturales, y permanecerían constantes aún cuando los obreros fueran transferidos de una línea de producción a otra.

Sin embargo debemos retener la idea de que la “reducción de trabajo calificado a trabajo simple”, es el telón de fondo donde se teóricamente el capítulo. La premisa principal que subyace de este primer apunte es que “las mercancías se cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente incorporada en cada una”.

2. El papel de la competencia.

Basándonos en la ideal expuesta anteriormente se puede decir que la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla, y todo ello inmerso en una sociedad en la que se pueda competir libremente

El precio aquí se entiende en términos de “proporción de cambio”, lo que constata la proposición de Adam Smith . Pero, para ello deben darse dos “suposiciones implícitas”.

1. Que los productores tengan el deseo y la posibilidad de competir libremente por cualquier ventaja que pueda presentarse, para lo cual no opondrían reticencia alguna ante la posible transferencia de cambio de una línea de producción a otra.

2. Que el precio de cada mercancía ha de ser proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla.

Por increíble que parezca, Sweezy vuelve a recalcar postulados conformes a los de los pensadores económicos clásicos. Sin embargo la situación actual deja patente que este punto es el más vulnerable, y por consiguiente el más incumplido. Esta idea demuestra el deseo de construcción de su estructura social ideal: una mayor unificación en términos salariales que se traduzca en una mayor unificación en términos de precio de las mercancías.

3. El papel de la demanda.

Todo esto se complica cuando nos encontramos con el estudio del papel que cumple la demanda en el proceso antes expuesto. Por ello es también es necesario conocer cómo se produce la distribución del trabajo. Sweezy apunta que hay que tener en cuenta dos tipos de información:
- Información sobre el costo relativo en trabajo.
- Información sobre la intensidad relativa de la demanda de uno y otro.

Más tarde, y en base a todos estos “bloques” de información, es cuando puede llegar a conocerse el que denomina “equilibrio económico general de la sociedad en cuestión”. Parece que, así, el propósito de Marx ya puede llegar a cumplirse.

Las últimas consideraciones de Sweezy pone en evidencia la ignorancia que mostró Marx hacia el estudio de los efectos de la demanda.

En cuanto a la distribución del ingreso era (y aún puede ser) considerada como el más claro reflejo de las relaciones de producción existentes y, por lo tanto, no hay duda de que desde un punto de vista marxista la demanda queda así como la culpable de la perpetuación de esos modos de producción.

Enlazando con lo anterior, la teoría del valor de Marx está hecha para tomar plenamente en consideración las relaciones productivas peculiares de la producción simple de mercancías. Así Marx, a través de la celebérrima obra “El Capital” ,investigó “la ley económica del movimiento de la sociedad moderna”( denominación propia marxista). Aludiendo a esta idea sentencia: “no es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino que, por el contrario, su existencia social determina su conciencia”.

4. “Ley del valor” vs. “Principio de planeación”.

La ley del valor propuesta por Marx regula:
- Las proporciones del cambio de mercancías.
- La cantidad producida de cada una.
- La asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción.

Podría decirse, así, que la ley del valor es esencialmente una teoría del equilibrio general en un primer momento aludiendo a la producción simple de mercancías y después adaptada al capitalismo. Esto significa, pues, que una de las principales funciones de la ley del valor es la de demostrar que en una sociedad productora de mercancías existe el orden y no simplemente el caos. Pero en el momento en que haya un control consciente, la ley del valor pierde su pertinencia y su importancia y queda sustituida por el denominado “principio de la planeación”.

Sweezy acaba con una sentencia clave: “el valor y la planeación son tan opuestos entre sí como el capitalismo y el socialismo”. Ello coincide con la propuesta de Marx: en la medida en que el capitalismo se ha visto incapaz de respetar ese equilibrio, procurando cada uno vender su mercancía tan cara como sea posible, la única salida existente es la organización de un estado socialista.

5. El valor y el precio de producción.

El precio, entendido así en términos de Marx, es tan sólo la expresión monetaria del valor y los precios de producción son modificaciones de los valores. Los precios de producción se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas generales; las desviaciones, por tanto, no son arbitrarias ni carecen de explicación. No sólo la teoría del precio de producción no contradice la teoría del valor, sino que es la base de ella, por la que cobra sentido. Sweezy vuelve de nuevo a alinearse con las tesis marxistas.

6. Precio de monopolio.

La introducción de elementos de monopolio en la economía dificulta, por supuesto, el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. Así, el control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; no así las relaciones de valor cualitativo, ya que la existencia del monopolio en sí misma no altera las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías.

Para terminar, cabe decir que aún bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, a pesar de que la Ley del valor y las relaciones cuantitativas derivadas de ella hayan pasado a formar parte de un segundo y último plano.

Capítulo IV. Plusvalía y capitalismo.

Por Laura Gutiérrez Ramón

El sistema de producción de mercancías y el capitalismo no son la misma cosa; mientras que el capitalismo implica la producción de mercancías, la producción de mercancías no implica necesariamente capitalismo. Con el fin de aplicar la teoría del valor al análisis del capitalismo, Sweezy considera necesario examinar los rasgos que lo separan del concepto general de producción de mercancías.

1. El capitalismo.

Dos son las diferencias fundamentales entre ambos sistemas:

a) En la producción simple de mercancías cada productor “posee y trabaja con sus propios medios de producción; bajo el capitalismo la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro realiza el trabajo”.

b) La producción simple de mercancías sigue el esquema M-D-M (Mercancías-Dinero-Mercancías), mientras que el capitalismo se rige por D-M-D´ (Dinero-Mercancías-mayor cantidad de Dinero). Así pues, el capitalista sólo invertirá dinero si con ello cree que aumentará esta cantidad inicial. La diferencia entre D y D´ es lo que Marx denominara plusvalía, que “constituye el ingreso del capitalista como tal y suministra el fin directo y el incentivo determinante de la producción”.

2. El origen de la plusvalía.

Sweezy considera necesario, antes de analizar el origen de la plusvalía, analizar el valor de la mercancía fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es, en el sentido más estricto, el trabajador mismo; el contrato por el que éste se vende por un periodo de tiempo establecido. El valor de la fuerza de trabajo se determinará, como en el caso de cualquier otra mercancía, por el tiempo de trabajo empleado para su producción, por lo que será igual al valor de los medios de subsistencia necesarios para el mantenimiento del trabajador.

La plusvalía, apunta Sweezy, no puede surgir del mero proceso de circulación de mercancías ya que si todos pretendieran aumentar sus ganancias a través del aumento de los precios, lo único que se conseguiría es un aumento generalizado de los precios, del que nadie resultaría ganador. Tampoco ha de buscarse su raíz ni en los materiales ni en los edificios y máquinas empleados para la producción de la mercancía. La única posibilidad restante es que sea la fuerza de trabajo la fuente de la plusvalía.

Como ya se ha apuntado, el capitalista, cuando compra la fuerza de trabajo del obrero, lo que le paga es la suma correspondiente al valor de sus medios de subsistencia. La jornada laboral del obrero puede dividirse en dos etapas en relación a la producción de mercancías: trabajo necesario, que revierte en el salario del obrero (suma total del valor necesario para su subsistencia), y trabajo excedente, cuyo producto se apropia el capitalista en forma de plusvalía. De este modo, a través de la plusvalía, es como el capitalismo explota a gran parte de la producción a costa de los beneficios particulares de una minoría propietaria de los medios de producción.

3. Los componentes del valor.

Así pues, el valor total de la mercancía será la unión de tres elementos:

1) Capital constante: Valor de los materiales y la maquinaria usados (por lo que “no sufre, en el proceso de producción, ninguna alteración cuantitativa de su valor”).

2) Capital variable: Valor de la fuerza de trabajo (que sufre una “alteración de su valor”, esto es, la plusvalía).

3) Plusvalía.

4. La tasa de la plusvalía.

La tasa de la plusvalía se define como “la proporción de la plusvalía con respecto al capital variable”, por lo que es el resultado de dividir la plusvalía entre el capital variable. La magnitud de dicha tasa se ve condicionada por tres factores: la duración del día de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo.

5. La composición orgánica del capital.

La composición orgánica del capital se define como “la medida de la relación del capital constante con el capital variable, en el capital total usado en la producción”, por lo que es el resultado de dividir el capital constante entre la suma del constante y el variable. La composición orgánica del capital estará determinada por: la tasa de los salarios reales, la productividad del trabajo, el nivel común de la técnica y la amplitud de la acumulación del capital en el trabajo.

6. La tasa de ganancia.

La tasa de ganancia supone para el capitalista la proporción crucial del proceso de producción y se calcula dividiendo la plusvalía entre la suma de los capitales constante y variable. A fin de simplificar la exposición teórica, Marx presupone que no existen los pagos derivados de la renta y que todo capital tiene un idéntico periodo concreto de rotación.

Teniendo en cuenta que todo capitalista que saque mayor beneficio que el resto de su capital constante disfrutará de una mayor tasa de plusvalía y, por tanto, una mayor tasa de ganancia que la de los demás. Como las suposiciones de iguales tasas de plusvalía y tasas de ganancia pueden suponerse (ya que se basan en tendencias reales existentes en la producción capitalista) pero las de las composiciones orgánicas del capital no, es inevitable la conclusión de que la ley del valor no ejerce control directo en el mundo real de la producción capitalista.

Capítulo V. La acumulación y el ejército de reserva

Por Maribel Tortajada Galán

1. La reproducción simple.

La “Reproducción simple” es aquella que mantiene, la misma proporcionalidad entre las diversas partes del sistema, por lo que es necesario que las empresas repongan todo lo que se acabe y los obreros utilicen todo su salario en el consumo.

Por este motivo el sistema capitalista no permanece inmutable a lo largo del tiempo.

La industria se divide en dos ramas:

1) En la que se producen los medios de producción, existiendo una oferta de artículos de consumo y una demanda de medios de producción.

2) en la que se producen los artículos de consumo, produciéndose una oferta de artículos de consumo y una demanda de medios de producción.

Para que se produzca una “reproducción simple”, que no varíe a lo largo del año y poder equilibrar la oferta y la demanda, es necesario que estas dos ramas, sean iguales en número.

Este tipo de reproducción nos permitiría analizar y estudiar:

A. La producción total y el ingreso; entendiendo como producción total, la oferta social de mercancías, conformada a su vez por la suma total de los medios de producción y la suma total de los artículos de consumo; y entendiendo como ingreso, la demanda total de mercancías, distinguiendo entre tres tipos de ingresos:

i) Ingreso capitalista, que sería el utilizado en los medios de producción.

ii) Ingreso del capitalista, utilizado para su propio consumo

iii) Ingreso del trabajo, es decir el salario.

B. Diferencias entre la oferta y la demanda, donde se puede observar su estructura

2. Las raíces de la acumulación.

La “reproducción simple” tiene en cuenta el punto más importante de todo el sistema capitalista, esto es el interés por ampliar su capital. Parte de la plusvalía obtenida se convierte en capital adicional, capital que permite acumular más plusvalía, acumulando más capital adicional, y así sucesivamente.

Este afán por acumulación de capital, forma parte de la organización social capitalista, se mide por el patrimonio que se tenga y su éxito reside en obtener más capital que nadie.

Para Marx es obvio que los capitalistas además de acumular capital, también consumen y viceversa. Otras teorías en pro del status quo y de la plusvalía, consideran que los capitalistas evitan consumir para acumular más capital adicional.

3. La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo: planteamiento del problema.

Denominado por Marx “reproducción ampliada”, esta reproducción al contrario que la reproducción simple, tiene en cuenta la acumulación que implica la demanda de la fuerza del trabajo. Si aumenta la demanda de un producto, su precio sube, desviando el valor del producto.

La diferencia entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor de la mercancía que produce el trabajador, dará lugar a la Plusvalía, como elemento fundamental del capitalismo.

Para explicar esta diferencia se basa en la teoría de los salarios, que afirma que el precio natural del trabajo es el precio necesario para que los trabajadores puedan subsistir.

4. Solución propuesta por Marx.

La solución para Marx la denomina “el ejército de reserva”, siendo un conjunto de obreros desocupados, que ejercen una presión hacia debajo de los niveles de salario mediante su competencia activa. Cuando el empleo disminuye este ejército se reconstruye, por el contrario cuando el empleo industrial aumenta crece a expensas del ejército.

5. La naturaleza del proceso capitalista.

Marx considera que hay que atacar la evolución económica. Para Marx la producción capitalista se prolongará con los cambios en los métodos de producción, apareciendo el ejército de reserva, permitiendo economizar el trabajo por medio de las innovaciones tecnológicas.

El proceso capitalista implica la acumulación constante, que irá acompañada de cambios de métodos de producción, provocando cambios cuantitativos en las variables económicas y en la organización social.

Capítulo VI. LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA.

Por Clara Portolés Santos

1. La formulación de la ley por Marx.

La acumulación del capital va acompañada por la mecanización del proceso de producción. La misma cantidad de trabajo, teniendo un equipo más cualificado y más efectivo, alcanza más objetivos.

La productividad del trabajo crece constantemente. Si la tasa de la plusvalía es constante, la tasa de ganancia varía en sentido inverso a la composición orgánica del capital. Esto puede ser una mera tendencia.


Existen ciertos obstáculos internos que se oponen al desarrollo de la producción capitalista.



2. Las causas contrarrestantes.

Observamos las causas que contrarrestan y derogan la “ley general de la tasa descendente de la ganancia”. Son las siguientes:

a. Abaratamiento de los elementos que integran el capital constante. El uso creciente de maquinaria, eleva la productividad de trabajo, lo que hace que el valor por unidad baje.


b. Aumento de la intensidad de explotación. Se produce más en menos tiempo, sin afectar la cantidad de trabajo necesario, a través de los mecanismos de acelerar y estirar la jornada, lo cual eleva la tasa de ganancia.


c. Depresión de los salarios más debajo de su valor.


d. Sobrepoblación relativa o “ejército de reserva”. La existencia de trabajadores desocupados conduce a la creación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de ganancia relativamente alta.


e. Comercio exterior. Rebaja la adquisición de materias primas y artículos necesarios, frente a la producción doméstica.


3. Una crítica de la ley.

Marx deduce que la tendencia de la tasa de ganancia a caer se fundamenta en el aparente de que la tasa de plusvalía permanece constante. Sin embargo, si la producción aumenta, en las condiciones normales del capitalismo se crea un ejército industrial de reserva que ejerce una presión a la baja en los salarios, aumentando la tasa de plusvalía.

La suposición de una tasa constante de plusvalía puede ser un trámite ventajoso para orientar la atención en un elemento más importante de la situación; se consideran los cambios en la tasa de plusvalía como elemento contrarrestante.

La composición orgánica del capital es una expresión de valor.

La formulación de la ley de tendencia descendente de la tasa de la ganancia por Marx no es muy convincente. Esto no significa que no haya ninguna tendencia de la tasa de la ganancia a descender, sino que no es posible demostrarla a partir de la composición orgánica ascendente del capital.

El proceso capitalista es esencialmente un proceso de acumulación. Pero los capitalistas, a través de distintos medios procuran mantener la tasa de ganancia anterior, e, incluso, elevarla. El aumento de la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de plusvalía y a acrecentar el volumen de plusvalía.

Fuerzas que deprimen la tasa de ganancia: sindicatos y acción del Estado en beneficio de los trabajadores.
- Sindicatos. Los sindicatos son el instrumento más importante con el que cuentan para mejorar sus condiciones bajo la producción capitalista.
- Acción del Estado en beneficio de los trabajadores. Adopta diversas maneras: limitación legal de la jornada laboral (reduce la plusvalía), seguro de desempleo y derecho a la contratación colectiva (mantenimiento de salarios).

Fuerzas que elevan la tasa de la ganancia: organizaciones patronales, exportación de capital, formación de monopolios, acción del Estado en beneficio del capital.
- Organizaciones patronales. Actúan para mejorar la posición contractual del capital frente al trabajo.
- Exportación de capital. Mitiga la presión sobre el mercado de trabajo doméstico, impidiendo que la acumulación tenga todo su efecto depresivo sobre la tasa de ganancia.
- Formación de monopolios.
- Acción del Estado en beneficio del capital (con tarifas protectoras, por ejemplo).

El análisis de estas fuerzas, dispares y sin aparente relación unas con otras, nos hace ver que en el capitalismo todo ha de ser detenidamente examinado y probado por su influencia sobre la tasa de ganancia.


Capítulo VIII. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS.

Por Clara Portolés Santos

El problema de las crisis es muy importante en Marx. Los aspectos de las crisis que aparecen en El Capital son tratados en los niveles más elevados de abstracción.
Es en sus seguidores donde encontramos desarrollado este problema.

1. La producción simple de mercancías y las crisis.

En la historia de la civilización, la introducción del dinero representó un avance frente al trueque. El dinero cumple el propósito de dividir el acto de cambio en dos partes que, por naturaleza, pueden estar separadas en el tiempo y en el espacio (permite ahorrar tiempo y facilita la especialización, lo que es la base de la productividad).

Pero la organización de la producción por medio del cambio privado a través de esta forma, lleva consigo la posibilidad de las crisis, ante la posible coincidencia de mercancías invendibles y necesidades insatisfechas; a esto se denomina sobreproducción.


2. La ley de Say.

Sostiene que a una venta sigue invariablemente una compra por igual cantidad, es decir, que no puede interrumpirse la circulación M-D-M, con lo que no puede haber crisis ni sobreproducción.

De este modo, de ser improbables, las crisis pasan a ser imposibles. Basándose en esta ley, los economistas clásicos cerraron el camino a una teoría de las crisis.

Marx explica que el dinero no es sólo esto, sino el medio a través del cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas, de modo que si uno vende y deja de comprar, el resultado es la crisis y la sobreproducción.

3. El capitalismo y las crisis.

La forma de circulación M-D-M se convierte en el capitalismo en D-M-D’.

a. M-D-M. M al comienzo y M al final son idénticas en cuanto al valor de cambio; en cuanto al valor de uso, la M primera es nula o muy baja, pero aumenta la segunda, por eso se compra.
b. D-M-D’. El capitalista inicia su carrera con dinero D. Lanza este a la circulación a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción, y después de cumplido un proceso de producción, reaparece en el mercado con mercancías M, que transforma de nuevo en dinero D’. D y D’ representan el valor de cambio, pero el propósito del capitalista es que exista una diferencia entre este valor de cambio, de modo que D’ sea superior a D.

Con la producción capitalista no desaparece la circulación M-D-M. Para la gran mayoría de la gente, para los obreros, para los simples productores de mercancía, la circulación sigue adoptando la forma de las economías de consumo. El obrero comienza con una mercancía, su fuerza de trabajo; convierte esa mercancía en un dinero, el salario, y emplea ese dinero en procurarse artículos necesarios y comodidades.

El modelo D-M-D’ y las crisis. El capitalista se interesa en maximizar su ganancia. Cualquier hecho que interrumpa el proceso de circulación, puede iniciar una contracción en el mismo, dando lugar a la sobreproducción, que posteriormente se traduce en un descenso de la producción. Esto sucede tanto en las economías simples como en el capitalismo. Pero en el capitalismo, si algo le sucede al valor de cambio, el capitalista reconsiderará la oportunidad de lanzar su dinero a la circulación.

La forma específica de las crisis en el capitalismo es una interrupción del nivel del proceso de la circulación provocada por un descenso en la tasa de la ganancia más allá de su nivel ordinario.

Para los teóricos modernos hay dos clases de capitalistas: los empresarios que organizan y dirigen el proceso de producción, y los poseedores de capital en dinero.

- Los empresarios pensarán que vale la pena invertir siempre y cuando la tasa de ganancia supere el interés que tienen que pagar al capitalista. Cuando la tasa de ganancia sea inferior, no invertirán, y sobreviene la crisis.
- Los capitalistas, por su parte, considerarán que es conveniente mantener los intereses altos, ya que es preferible mantener su capital en dinero antes que prestarlo a un empresario, pues si bajan el tipo de interés, estos tipos no durarían.

La clase capitalista, tanto empresarios como inversores, restringe sus actividades cuando la tasa de beneficio cae por debajo de cierto nivel.


4. Los dos tipos de crisis.

- Las crisis relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de la ganancia. El resultado puede ser la crisis.
La tendencia descendente de la tasa de la ganancia fue deducida sobre la base de que todas las mercancías se vendían en sus valores de equilibrio; pero si abandonamos esa suposición, puede aparecer otra posible causa para el descenso de lucratividad, dando lugar a otro tipo de crisis.
- Las crisis de realización. El capitalista puede hallarse inhabilitado para vender las mercancías en sus valores.

Detrás de ambas crisis hay un descenso en la ganancia.


lunes, 14 de diciembre de 2009

Lectura 3

Lectura 5 - El mecanismo de la investigación científica

¿Cómo se desarrolla la investigación? El conocimiento se inicia a partir de los hechos, a partir de la observación de los mismos; esta es la primera etapa de una investigación.

El método científico consiste en recoger una serie de hechos, para obtener leyes y conclusiones de orden más general. Cualquier observación es ya en sí misma un principio de análisis, pues lleva consigo una selección, comparaciones, deducciones, etc.

Por si mismos los hechos no explican nada, por tanto, la tarea de la investigacuó9n es descubrir la verdadera esencia de los fenómenos.

La primera tarea consiste en observar los hechos, en seleccionar los más significativos, en descubrir las relaciones que los unen entre sí y en evidenciar, en cada hecho concreto, los aspectos más sustanciales o significativos.

Es necesario encajar esos resultados en un esquema coherente, en el cual se pueden llenar las numerosas lagunas de la observación con supuestos hipotéticos, más o menos justificados, de forma que la totalidad constituya una explicación coherente.

La segunda etapa del trabajo científico es formular las hipótesis. En esta etapa la cualidad esencial consiste en poseer una ardiente fantasía creadora. La capacidad del pensamiento para crear mentalmente imágenes subjetivas distintas de aquellas observadas en a realidad, de aquellas que se desprenden de la percepción objetiva de la realidad a través de los sentidos, es esa propiedad característica del pensamiento humano gracias a la cual la conciencia humana, en principio simple capacidad de reflejar la realidad, adquiere esa capacidad de conocerla y modificarla. Conocerla porque la fantasía permite la creación mental de toda una serie de imágenes y representaciones basadas en la observación de la realidad, pero que no vienen dadas por la realidad misma, permite formular las hipótesis que más tarde se comprobarán de acuerdo con los hechos. Modificarla porque la fantasía permite al hombre crear mentalmente la imagen de aquellos que no es, pero que él pretende alcanzar o realizar.

La fantasía es lo que hace al hombre sujeto activo, creativo. La fantasía se complementa con la intuición.

La tercera etapa consiste en comprobar que las hipótesis formuladas corresponden a la realidad de los hechos, para lo cual será preciso volverlos a observar, ampliando el campo de observación, si es necesario, a nuevos fenómenos, así como en profundizar el análisis de los hechos ya conocidos, controlando de todas las formas posibles el grado en que las conclusiones del investigador se ven justificadas.

La mayor o menor correspondencia de los hechos reales con las teorías formuladas es el único criterio para comprobar la verosimilitud de una determinada hipótesis.

La cuarta etapa consiste en modificar o sustituir las hipótesis anteriormente formuladas con los resultados de la comprobación realidad anteriormente.

Toda la operación puede ser esquematizada así:

Observación de los hechos – formulación de las hipótesis – nueva observación de los hechos – nueva formulación de las hipótesis… - y así hasta el infinito.

Definición del proceso por Shumpeter:

Nuestro individuo ha de empezar por identificar los fenómenos sobre los cuales quiere trabajar. Esta identificación es un acto cognoscitivo. Pero no es parte del trabajo analítico. Lo que hace es suministrar el objeto, el material sobre el cual trabajará el análisis. El trabajo analítico consiste en conceptuar los contenidos de la visión, es decir, la fijación de sus elementos en conceptos precisos; y en buscar más datos empíricos (hechos) con los que enriquecer y contrastar los hechos inicialmente percibidos.
Los intentos de conceptualización estimulan la búsqueda de más hechos, y los nuevos hechos descubiertos tienen que ordenarse y conceptuarse a su vez.
No hay ni puede haber oposición fundamental entre “teoría” e “investigación factual”.

La elaboración teórica y la observación de los hechos se complementan mutuamente, pero no coinciden. Ambos aspectos son distintos, por lo que han de utilizarse cada uno en el momento oportuno.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

CANCION A MI PADRE



MARWAN nace en Madrid el 5 de Marzo de 1979 fruto del amor entre un palestino y una española. A los 15 años se compra una guitarra para tocar música heavy con sus amigos pero los discos de Serrat y Silvio Rodríguez que siempre sonaron en casa y, sobre todo, cantautores de la generación de los 90 como Ismael Serrano, Tontxu, Carlos Chaouen hacen que se acabe orientando hacía otra forma de componer. Hace canciones unas veces por necesidad y otras por pasarlo bien. Posteriormente bebe de las más diversas influencias desde Damien Rice y Ben Harper a Manu Chao, Iván Ferreiro o Andrés Calamaro y algunos autores coetáneos a él como Luis Ramiro o Diego Cantero.

Compone multitud de canciones de todas las temáticas destacando temas de amor y sociales y en 2002 comienza a actuar en el circuito de cantautores de Madrid donde actúa todos los meses desde entonces. También actúa en ocasiones puntuales en importantes festivales o actos como las Fiestas del PCE, El Forum de Barcelona, multitud de conciertos benéficos y festivales. Además, Marwan no sólo actúa en Madrid sino que recorre la geografía española por completo dando conciertos e incluso ha actuado en México, Argentina, Rusia, París y república Dominicana. En el mes de Noviembre, Marwan ha sido invitado para actuar en Jerusalén (Palestina) en el Festival de Otoño de la Música.

En 2008 ha sido publicado su nuevo disco “Trapecista”, producido por Ismael Guijarro y Pablo Cebrián y en el que cuenta con la colaboración de Ismael Serrano en una de sus canciones.

En 2004 presenta “Los Hijos de las Piedras”, disco de producción propia en el que deja ver una gran variedad en cuanto a influencias musicales.

A finales de 2004 compone la canción “Palabra por palabra” tema original del programa con el mismo nombre que cada sábado se emite en LA 2 de TVE.

En 2005 cede su canción “Madrid, 11 de Marzo” para el disco NO OS OLVIDAMOS en el que comparte cartel con Ana Belén, Victor Manuel, Ismael Serrano, Fito Paez, David Broza, Maria Dolores Pradera, La Oreja de Van Gogh, etc.

En 2007 ha grabado su nuevo disco “Trapecista” que pronto se editará en España y que será presentado en toda la geografía española y parte de Europa y América.

Ha puesto música al documental “La voz de Palestina“ y al corto “Hoy he hablado de ti” con las canciones “Los hijos de las piedras” y “Dirección prohibida” respectivamente.

A lo largo de su andadura comparte escenario con artistas como Ismael Serrano, Bêbe, Jorge Drexler, La Unión, Tontxu, Carmen París, La Cabra Mecánica, Pancho Varona, Conchita, José Manuel Soto, Cristina del Valle (Amistades Peligrosas), Alberto Pérez (La Mandrágora), Carlos Chaouen, Rafael Amor, La Guardia, Hilario Camacho, Inma Serrano, Vega, Arcángel, Modestia Aparte, Ángel Petisme, Joâo Afonso, etc.



Conocí a este cantautor a través de un amigo mío, amigo suyo de la infancia. La pasada navidad daba un concierto en la sala Galileo Galilei. Tras un emocionante concierto, lo cerró con esta canción, que realmente me emocionó. Espero que a vosotros también os emocione.








jueves, 12 de noviembre de 2009

Lectura 2

LECTURA 3 - "Anti-During"

Qué es una concepción del mundo

Una concepción del mundo no es un saber, no es un conocimiento en el sentido en que lo es la ciencia positiva. Es una serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto. Es ver como hechos de la naturaleza particularidades de las relaciones entre hombres, por lo que una buena parte de la consciencia de la vida cotidiana puede interpretarse en términos de principios o creencias implícitas en el sujeto.

Esos principios están explícitos en la cultura de la sociedad en que vive. Esa cultura contiene un conjunto de afirmaciones acerca de la naturaleza del mundo físico y de la vida. la parte contemplativa o teórica de la concepción del mundo está íntimamente relacionada con la parte práctica, con el código o sistema de juicios de valor.

La existencia de una formulación explícita de la concepción del mundo en la cultura de una sociedad no permite averiguar cuál es la concepción del mundo realmente activa en esa sociedad, pues el carácter de sobreestructura que tiene la concepción del mundo no consiste en ser un mecánico reflejo, ingenuo y directo, de la realidad social y natural vivida. El reflejo tiene mucho de ideología.

Para el estudio de las relaciones entre concepción del mundo y ciencia positiva basta con atender a los aspectos formales de ambas. Las concepciones del mundo sueles presentar unas puntas, por así decirlo, muy concentradas y conscientes, en forma de credo religioso-moral o de sistema filosófico (muy característico hasta el s.XIX). La filosofía sistemática se vio arrebatar un campo tras otro por las ciencias positivas, y acabó por intentar salvar su sustantividad en un repertorio de supuestas verdades superiores a las de toda ciencia (Platón y Hegel). La filosofía sistemática presenta más o menos abiertamente la pretensión de dar de sí por razonamiento el contenido de las ciencias positivas. En este caso la concepción del mundo quiere ser un saber, conocimiento real del mundo con la misma positividad que el de la ciencia.

La causa principal por la que la pretensión de la filosofía sistemática acaba por caducar es la constitución del conocimiento científico positivo durante la Edad Moderna, que se caracteriza por su intersubjetividad y por su capacidad de posibilitar previsiones exactas, aunque sea a costa de construir y manejar conceptos sumamente artificiales.

Por otra parte, el que las concepciones del mundo carezcan del conocimiento positivo se debe a que la concepción del mundo contiene esencialmente afirmaciones sobre cuestiones no resolubles por los métodos decisorios del conocimiento positivo (verificación o falsación empíricas y la argumentación analítica).



La concepción marxista del mundo

La concepción materialista y dialéctica del mundo está movida por la aspiración a terminar con la obnubilación de la consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados. Se desprende que es una concepción del mundo explícita. la liberación de la consciencia presupone la liberación de la práctica.

La concepción marxista del mundo no puede considerar sus elementos explícitos como un sistema de saber superior al positivo. El nuevo materialismo no es una filosofía, sino una simple concepción del mundo que tiene que sostenerse y actuarse no en una sustantiva ciencia de la ciencia, sino en ciencias reales. En el queda "superada" la filosofía.

Esta formulación de Engels supone la concepción de los filosófico como un nivel del pensamiento científico: el de la inspiración del propio investigar y de la reflexión sobre su marcha y sus resultados. Esta fórmula es muy general, e interesa profundizar en ella, que contiene la recusación de toda la filosofía sistemática: no hay conocimiento "aparte" por encima del positivo.

Además puesto que el punto de partida y de llegada es la "ciencia real", esa concepción del mundo no puede querer más que explicitar la motivación de la ciencia misma. Esto es "inmanentismo", es decir, el principio de que la explicación de los fenómenos debe buscarse en otros fenómenos debe buscarse en otros fenómenos, en el mundo, y no en instancias ajenas o superiores al mundo. Este principio está en la base del hacer científico.

En este postulado de inmanentismo, se basa la concepción marxista del mundo. El materialismo es en sustancia el enunciado del postulado inmanentista.

El materialismo es uno de los principios fundamentales de lo que Engels llama "concepción comunista del mundo". El otro es la dialéctica, que se inspira no tanto en el hacer científico positivo cuanto en las limitaciones del mismo.

La ciencia positiva realiza el principio del materialismo a través de una metodología analítico-reductiva. Su eliminación de factores irracionales en la explicación del mundo procede a través de una reducción analítica de las formaciones complejas.

El análisis reductivo practicado por la ciencia tiende incluso a obviar conceptos con contenido cualitativo para así limitarse en lo esencial al manejo de las relaciones cuantitativas. Este análisis suele tener éxito gracias a dos aspectos: la reducción de fenómenos complejos a nociones más elementales y homogéneas, y desprovistas de nociones cualitativas, entra en la realidad porque utiliza preguntas muy exactas. A la larga permite la formación de conceptos más adecuados. Pero precisamente si se prescinde de la peculiaridad cualitativa de los fenómenos a analizar, los conceptos de la ciencia son conceptos generales cuyo lugar está en enunciados no menos generales, las llamadas “leyes”. Con ese conocimiento se pierde una parte de lo concreto, precisamente la parte decisiva para la individualización de los objetos.

Las generalizaciones concretas y complejas no aparecen en el universo del discurso de la ciencia positiva. El campo o ámbito de relevancia del pensamiento dialéctico es precisamente el de las totalidades concretas.

La concepción del mundo tiene que dar una determinada comprensión de las totalidades concretas. La práctica humana tiene también la necesidad de tratar y entender las concreciones reales, aquello que la ciencia positiva no puede recoger. Por ello, la tarea de una dialéctica materialista consiste en recuperar lo concreto sin hacer intervenir más datos que los materiales del análisis reductivo, como resultado nuevo de la estructuración de estos en la formación individual o concreta, en los “todos naturales”. El análisis marxista se propone entender la individual situación concreta sin postular más componentes de la misma que los resultantes de la abstracción y el análisis reductivo científico.

Concreciones o totalidades son, los individuos vivientes y las particulares formaciones históricas, y además, en un sentido más vacío, el universo como totalidad, sobre la base de los resultados de dicho análisis.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Lectura 1

LECTURA 1 - ¿Qué es la ciencia?

Shumpeter, en su "Historia del análisis económico" nos da la siguiente definición de ciencia: "Es ciencia cualquier tipo de conocimiento que haya sido objeto de esfuerzos conscientes para perfeccionarlo. Estos esfuerzos producen hábitos mentales -métodos o técnicas- y un dominio de los hechos descubiertos por esas técnicas". Esta definición es más bien formal, por no decir superficial, pues Shumpeter acusa fuertemente la influencia de Mach y Avenarius en el plano metodológico, y es un típico exponente de la tendencia a refugiarse en el puro empirismo, situándose en posiciones dualísticas de tipo neokantiano.

¿Podemos quedarnos satisfechos con tal definición de ciencia? Es probable, pero profundizando en su concepto, precisando lo que entendemos exactamente por conocimiento.

La finalidad del conocimiento y de la investigación científica, consiste en descubrir las normas, las leyes del universo empírico que rodea al hombre. Este conocimiento consta de tres aspectos:
1- El conocimiento debe proporcionar una descripción de la realidad, y debe explicar esa realidad.
2- El conocimiento científico no puede conformarse con una explicación cualquiera de la realidad. La condición indispensable para que exista un verdadero conocimiento científico es la exigencia de que la realidad objetiva sea explicada a partir de ella misma.
Hegel afirma que la Humanidad, más que explicar la naturaleza, tiene la obligación de conocerla. Por eso, la historia del conocimiento científico es en realidad la historia de cómo la Humanidad se ha explicado el mundo real: primero atribuyendo los fenómenos a causas fantásticas, para más tarde hipotetizar causas y relaciones reales y finalmente conocer las relaciones que se establecen entre los fenómenos de la realidad.
3- El conocimiento científico es únicamente una parte de la actividad humana. Por ello el conocimiento nunca es, y no puede serlo, un fin en si mismo. El hombre desea conocer el mundo para poderlo modificar de acuerdo con sus exigencias y necesidades.

El fundamento más esencial y más próximo del pensamiento humano es la transformación de la naturaleza por el hombre, y la inteligencia humana ha ido creciendo en la misma proporción en que el hombre iba aprendiendo a transformar la naturaleza.

El criterio para valorar los resultados obtenidos mediante la ciencia, será siempre la correspondencia de tales resultados a la verdad, a la realidad, y no a la utilidad de tales resultados.

Entre conocimiento y acción existe una diferencia de carácter metodológico; la investigación tiene un carácter individual. El hombre puede y debe coordinar su acción con la de sus semejantes, pero no puede coordinar su pensamiento con el de los demás. Por tanto las modalidades de desarrollo de la acción no coinciden con las del pensamiento, lo cual significa que no nos podemos dedicar a un mismo tiempo a estos dos distintos aspectos de la actividad humana.

Crítica

1. La definición de Shumpeter tiende a refugiarse en el puro empirismo. Es una conceptuación básicamente ideológica que implica una concepción metodológica positivista. Sin embargo tiene la virtud de ser una definición abierta.

2. En el punto 7 de la lectura se dice que la "historia del conocimiento científico" pasa de una etapa de explicación del mundo en base a "fenómenos, causas y relaciones fantásticas" hasta la fase actual en que se llega "por último a conocer las relaciones que se establecen objetivamente entre los fenómenos y la realidad". Es decir, no solo el capitalismo es la "estación terminal de la historia" (Sweezy) sino que la etapa histórica en que predomina la ciencia como forma de conocimiento, es también la última fase.

3. Un aspecto que se pretende objetivo por materialista y que desecha toda posibilidad de subjetividad en la ciencia es aquella exigencia por la cual la realidad objetiva a de ser explicada por si misma sin introducir elementos que no pertenezcan a tal realidad. Este objetivo parece imposible de lograr.

4. Cuando un hombre actúa como científico, ¿no es también un hombre de acción?

Actualización
















Buenas a tod@s!

He tenido esto abandonado por un par de semanas, así que voy a ponerlo al día!
En la semana del 21 y 22, no pude acudir a clase por estar convaleciente.

La siguiente semana fue la semana China. El miércoles comenzamos la clase con una breve sesión de Taichi y con una siesta de un minuto, que consiste en sentarse en el borde de la silla y concentrarse al máximo, para asi poder obtener toda la relajación necesaria para continuar el día. Consiguientemente comentamos las noticias y después el profesor nos habló de las nuevas formas de organización de la empresa.

El jueves, por otra parte, seguimos con el trabajo en grupos. En mi grupo nos dividimos la información en varios puntos en los que seguir investigando, y así ir dándole forma al trabajo.